Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto para la Parroquia del Sagrado Corazón de Las Cabras, se origina luego de que las edificaciones de la antigua parroquia resultaran severamente dañadas por el terremoto del 27 de Febrero del 2010.
El trabajo consistía en demoler lo poco que había quedado en pie del templo ubicado en el corazón del pueblo, para luego llevar a cabo un nuevo templo más algunas dependencias parroquiales.
Para esto nos planteamos la siguiente pregunta: ¿Dónde podemos encontrar un aspecto profundo de la cultura, que nos sirva como referente para proyectar una obra de carácter significativo como una Iglesia?
A tamaño cuestionamiento, la idea que surgió como respuesta vino de lo más subjetivo: cuatro fotografías encontradas en un álbum familiar, que mostraban una sencilla casa patronal, parecían responder con todo lo que nuestras inquietudes habían formulado. Estas vinculaban nuestra historia personal y emocional con un legado arquitectónico que hasta ese entonces no nos había afectado ni conmovido directamente.
Las imágenes tomadas por mi padre, muestran un inmenso techo de teja, deformado por su propio peso, asomándose entre los matorrales. Muestran también un corredor con una secuencia de pilares regulares y entre ellos unas ventanas de madera que permiten ver el espesor de los muros. Muestran también entre el estuco derruido, el adobe que da forma al volumen y muestran por sobre todo una forma de tradición, que no destaca por su singularidad sino por la seguridad de perpetuar ciertos mínimos postulados.
Desde ese entonces, estas fotografías constituyeron la carta de navegación del proyecto, una especie de lugar, al cual siempre se podría volver en caso de que nos desviáramos demasiado en falsas elucubraciones.
El proyecto se armó de algunas reglas mínimas. Un eje de simetría, por el cual se accedería y a través del cual se organizaría el programa. Una altura uniforme para todos los muros, que sería generosa, pero que también respetaría la escala del vecindario y vendría a satisfacer la proporción deseada, tomada de esta gran casa patronal anónima del pasado. Un espesor de muros, todos ellos de 60 cm, hechos en un sistema material mixto de hormigón, albañilería, acero, barro y paja, que hacen convivir las nuevas tecnologías con la sabiduría de lo local.
Finalmente una gran pregunta: ¿Construir con teja Chilena? ¿Sumar una serie de connotaciones formales y simbólicas de una cierta época a un proyecto del año 2010? ¿Por qué si tomábamos una posición más o menos literal frente a los muros (llenándolos de paja y estucándolos con barro y cal) no iríamos a tomar la misma posición frente al techo?
Afectaron en la decisión una serie condicionantes, como el peso, el color y la economía del material, siendo la plancha metálica lisa pre-pintada (ejecutada con un emballetado artesanal modulado de acuerdo a la obra) aquel que mejor respondía a nuestras inquietudes.